Experiencias con el agua
Por: Teresita del Socorro Carmona
Tenemos cuatro elementos esenciales: tierra, aire, fuego y agua. Sin estos, la vida como la conocemos no sería posible. El agua es uno de los elementos vitales para los seres humanos, los animales y las plantas, además, hace parte de nuestra vida cotidiana pues se practican muchos deportes y actividades en torno a esta.
El mal uso del agua por despilfarro, minería y tala de bosques, entre otros, deviene en un gran riesgo para la vida como la conocemos, afectando seriamente nuestras reservas hídricas, pues es precisamente en estos bosques donde estan las cuencas hidrográficas. Hoy son evidentes las consecuencias del calentamiento global, manifestándose en terribles olas de calor e incendios espontáneos en laderas verdes.
Importancia del agua para los ecosistemas
El agua es el recurso más abundante de la tierra, es tan vital como el aire que respiramos y sin ella no existiría la flora y la fauna que conocemos. Es indispensable para su desarrollo por ser la encargada de transportar los nutrientes a través de sus moléculas.
Para que haya agua debe haber vegetación, es un ciclo vital y sin esta simbiosis no existirían los árboles que nos proveen el oxígeno.
Alrededor del 75 % de la superficie terrestre está cubierta de agua (unas ¾ partes de nuestro mundo), cada especie viva se alimenta principalmente de este recurso y lo necesita para su supervivencia y, por consiguiente, la supervivencia del resto de especies, debido a que todos estamos interconectados a la esencia de la vida.
Tomar conciencia
Como parte de nuestra vida cotidiana, el agua cumple con funciones alimenticias, sociales y culturales. Incluso los niños empiezan a preocuparse e interesarse por este elemento vital. Mi nieta María José me contó alguna vez: “A mi amiguito le pasó que después de comer fue a cepillarse los dientes y se había ido el agua y su mamá le dijo ¿Te das cuenta, hijo, cuando te digo que al cepillarte no dejes la llave abierta? es para que tomes conciencia y no desperdicies el agua, pues sin ella no solo no nos podemos cepillar, tampoco bañarnos ni comer, o sea que necesitamos el agua para vivir”. Esto destaca lo importante que es el agua para la vida en la tierra desde pequeños detalles, en los valores tan simples como un grifo que gotea y el aprendizaje de un cuidado colectivo.
Memorias del agua
Desde muy pequeña he sentido fascinación por el agua, pues viví los primeros diez años de mi niñez en un pequeño pueblo de Risaralda y el lindero de nuestra casa era el río Monos; con mis hermanos jugábamos en sus orillas.
Muchos años después regresé al pueblo y quedé sorprendida al ver que se conservaban limpias sus aguas, mi asombro fue mayor al comprobar cuán caudaloso era y recordar que en mi niñez hasta cruzábamos un puente rudimentario y de madera, que exigía una pericia maromera para ser franqueado, por la fuerte corriente que pasaba bajo nuestros pies. Ahora me estremece tal osadía y, tal vez, debido a esas experiencias de mi niñez es que mi mayor satisfacción es disfrutar de cascadas, ríos y quebradas.